Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Descansar, es empezar a morir.
Gregorio Marañón (1887-1960) Médico y escritor español.
Los científicos sugieren que simplemente mirando a los ojos de otra persona es un precursor para el amor.
Los anillos de compromiso a menudo se colocan en
el cuarto dedo de la mano izquierda ya que los antiguos griegos
sostenían que ese dedo contiene la vena amoris, o la "vena del amor",
que va directamente al corazón.
La necesidad de enamorarse es, como el hambre, una primitiva necesidad biológica.
4. Una nueva investigación sugiere que el amor apasionado no siempre disminuye con el tiempo.
Los científicos sugieren que la mayoría de la gente se enamora aproximadamente siete veces antes de casarse.
Los estudios demuestran que si un hombre conoce a
una mujer en una situación peligrosa (y viceversa), como en un puente a
punto de caer, es más probable que se enamore de ella que si se
encuentra con ella en un ambiente más mundano, como en una oficina.
Hombres y mujeres son atraídos inconscientemente por aquellos con una cara simétrica.
Los hombres en el amor muestran más actividad en
la parte visual del cerebro, mientras que las mujeres que aman muestran
más actividad en la parte del cerebro que regula la memoria.
El amor romántico dura algo más de un año, tal
vez porque el cerebro no puede mantener eternamente un estado de
continua renovación de la felicidad amorosa.
El jefe azteca, Moctezuma, consideraba al
chocolate como una "droga de amor" por lo que bebía 50 tazas de
chocolate al día antes de visitar su harén de 600 mujeres.
Entre más largo sea un noviazgo, mejores serán
las perspectivas de un largo matrimonio. Las personas que tienen
intensos romances con alguien que acaban de conocer (tipo Hollywood) son
más propensas al divorcio.
Cuando alguien conoce un nuevo amor, se suprimen los circuitos neuronales que se asocian generalmente con el juicio social.
Un estudio en jóvenes universitarios que habían
sido rechazados por sus parejas mostró que tenían una fuerte actividad
en el cerebro asociadas con la corteza insular, la parte del cerebro
donde se experimenta el dolor físico.
Históricamente, el sudor ha sido un ingrediente activo en perfumes y filtros de amor.
Un trébol de cuatro hojas a menudo se considera
de buena suerte, pero también es parte de un ritual de amor en Irlanda.
En algunas partes de Irlanda, si una mujer se come un trébol de cuatro
hojas mientras piensa en un hombre determinado, supuestamente éste va a enamorarse de ella.
Al ser alguien abandonado lo conduce a menudo a
la "atracción por frustración", lo que hace que una persona ame a quien
lo dejó, o aún más.
Uno de los mayores predictores del amor es la
proximidad. La cercanía física entre dos personas lleva a que aumente su
estado emotivo, y no es raro escuchar historias de jefes que se
enamoran de sus secretarias.
La manzana ha sido históricamente el máximo símbolo del amor.
Los impedimentos exteriores son a menudo un elemento crítico en el
amor romántico. A veces llamado el "efecto Romeo y Julieta", una
situación con dificultades u obstáculos es probable que intensifique una
pasión para un ser querido.
Platón afirma en El Banquete, que inicialmente
todos los seres humanos eran poderosos seres andróginos con cuatro
manos, cuatro piernas, dos caras idénticas en una sola cabeza y cuello,
cuatro orejas, y dos conjuntos de genitales. Cuando estos hermosos seres
trataron de derrocar a los dioses, Zeus los dividió en dos: hombre y
mujer, y creó el deseo innato en los seres humanos de buscar a su otra
mitad.
Algunas personas afirman que nunca han sentido el amor romántico ya
que sufren de hipopituitarismo, una rara enfermedad que no permite que
una persona sienta el éxtasis de amor.
Desde la antigua Grecia, la manzana ha sido un símbolo de amor. Los
celtas creían que la manzana representa el amor, porque duraba mucho
tiempo después de haber sido arrancada del árbol.
El amor es un micromomento de conexión: Los
humanos tenemos una visión pre-fabricada sobre el amor. Pensamos en
romances de películas y caricaturas que veíamos cuando niños, ¿o no? Por
su parte, la autora tiene una visión muy científica y por eso define al
amor como un micro-momento de conexión compartida con otro. Fredickson
indica que el amor no es romance, ni deseo sexual y ni siquiera el
enlace especial que el humano siente con su pareja y amigos. Esa
conexión no es incondicional, exclusiva ni mucho menos permanente. El
amor duradero puede considerarse, entonces, como una serie de conexiones
de corta duración. Por eso el romance debe cultivarse a diario.
El amor fortalece la conexión entre el cerebro y el corazón: Años
de investigación han permitido demostrar que los humanos que están
conectadas socialmente con más personas tienden a tener vidas más largas
y saludables. Experimentar micro-conexiones de amor diariamente sirve
como nutriente para tu salud y mejora la función del nervio vago, un
conducto que conecta al cerebro y al corazón.
El amor no es exclusivo: En
nuestra cultura, la fidelidad se entiende como una condición
indispensable para casi todas las relaciones. De hecho, se ha planteado
la posibilidad de que exista la infidelidad emocional.
Sin embargo, como indica Fredickson, ese micro-momento que llamamos
amor puede experimentarse con cualquier persona, ya sea tu “alma gemela”
o una persona extraña que se cruce en tu camino.
Pequeños momentos generan grandes efectos: ¿Cuántas
veces has escuchado que no importa lo que dure el amor sino la
intensidad de lo vivido? Como indica Fredickson, aunque una experiencia
de amor dure muy poco tiempo puede tener un efecto duradero de bienestar
y longevidad. No queda duda, entonces, de que el amor mejora la salud.
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