lunes, 21 de octubre de 2013

El fin del mundo

La gente saldría corriendo a las calles enloquecida. En todo el mundo se producirían catástrofes naturales como erupciones volcánicas, terremotos, tsunamis... Los religiosos rezarían a su dios para que los salvase. Algunas personas harían lo que nunca se atrevieron a hacer o a contar. Muchas personas romperían en llanto y aprovecharían sus últimas horas para estar con sus seres queridos. Hasta que al final, poco a poco todos los humanos se irían muriendo, y con ellos se iría el mundo.
Beatrice Elena

Hijos del mundo

Cuando tenga hijos los llevaré por todo el mundo, jamás tendrán unos amigos fijos, jamás tendrán un hogar, jamás tendrán nada, solo el mundo, solo el planeta entero a sus pies. Sé que probablemente sufrirán por mi culpa, sé que llorarán de rabia y de tristeza, sé que se rebelarán, y sé que cuando ellos tengan hijos no harán lo mismo que yo hice con ellos. Pero todo eso lo haré para que comprendan realmente de dónde son: del MUNDO. No de Rumanía, Grecia, Estados Unidos, España o Portugal; no, del MUNDO.
Beatrice Elena

Disparo

Un disparo, un simple disparo y se acabó todo. Ya no más, ya decidiste no más.
Beatrice Elena

Correr

Correr, por el simple hecho de correr. Cuando nada más puedes hacer y lo único que se te ocurre es desaparecer. Entonces corres, corres sin una meta fija. Resbalas varias veces, otras te caes, y en una de tus caídas decides no levantarte.
Beatrice Elena

Lucha

Algo difícil, que antes de afrontarlo parecía fácil. Miraste sus pros y sus contras y viste que saldrías ganando. Ahora intentas llevarlo a cabo, empiezas con una pequeña dificultad, la afrontas, parece que ya vas a poder. Pero ahí está, otra vez, ese problema que creías ya superado. Ahí está, más fuerte que la vez anterior, con sed de venganza. Te hará sufrir por haber intentado eliminarlo. Tú sigues plantándole cara, no crees que sea tan peligroso como aparenta. Vas sin cuidado, sin echarle mucha importancia. Pero ahí está él, no parece duro pero aún así ha conseguido frenarte. Ya cansado de sus tonterías decides eliminarlo por completo. Ya está, ese problema ha desaparecido, pero, como dijo una vez un gran sabio: "Cuando los hechos se aclaran, llegan los verdaderos problemas". Y ese gran sabio tenía razón. Aquí está ese gran problema. No parará hasta ver que has desistido en tu propósito. Pero no lo complazcas. Lucha, y no pares de luchar jamás.
Beatrice Elena

sábado, 5 de octubre de 2013

El mito de Pandora (mito griego)

Cuando Prometeo osó robar el fuego que portaba el dios Sol en su carro, Zeus entró en estado de cólera y ordenó a los distintos dioses crear una mujer capaz de seducir a cualquier hombre. Hefesto la gabricó con arcillo y le proporcionó formas sugerentes, Atenea la vistió elegante y Hermes le concedió facilidad para seducir y manipular. Entonces Zeus la dotó de vida y la envió a casa de Prometeo. 

Allí vivía el benefactor de los mortales junto a su hermano Epimeteo que, a pesar de estar advertido de que Zeus podría utilizar cualquier estrategia para vengarse, aceptó la llegada de Pandora y, enamorándose perdidamente de sus encantos, la tomó por esposa.

Pero Pandora traía algo consigo: una caja que contenía todos los males capaces de contaminar el mundo de desgracias y también todos los bienes. Uno de los bienes era la Esperanza, consuelo del que sufre, que también permanecía encerrada en aquella caja. Y es que, por aquel entonces, cuentan que la vida humana no conocía enfermedades, locuras, vicios o pobreza, aunque tampoco nobles sentimientos.

Pandora, víctima de su curiosidad, abrió un aciago día la caja, y todos los males se escaparon por el mundo, asaltando a su antojo a los desdichados mortales. Cuentan que los bienes subieron al mismo Olimpo y allí quedaron junto a los dioses. Asustada, la muchacha cerró la caja de golpe, quedando dentro la Esperanza, tan necesaria para superar precisamente los males que acosan al hombre.

Apresuradamente corrió Pandora hacia los hombres a consolarlos, hablándoles de la Esperanza, a la que siempre podrían acudir pues estaba a buen recaudo.

fuentes: http://sobreleyendas.com/