Cleopatra es sin duda la
más famosa de las reinas del antiguo Egipto. Sin duda no fue la única,
ni siquiera la más importante, pero desde luego, si es la más popular,
gracias sobretodo a su trágico final, causante de la desaparición del
milenario reino de los faraones.
Nació en el año 69 a.d.C. . Pertenecía a la dinastía greco-egipcia de
los Tolomeos, gobernantes en el país del Nilo desde tiempos de
Alejandro Magno. Sin embargo, la antigua grandeza había desaparecido,
habiendo ocupado su lugar como potencia hegemónica la ciudad de Roma.
Cleopatra no tuvo nada fácil su infancia y juventud, ya que a causa
de intrigas palaciegas fue relegada del trono que le correspondía por
derecho. Así, tuvo que huir de Egipto con apenas 20 años, perseguida por
los enemigos de su familia.
Pero su papel como reina exiliada era sin duda una minucia comparado
con las aspiraciones de la joven Cleopatra. Entró entonces en escena
Julio Cesar, el hombre más poderoso de Roma y por tanto de medio mundo.
Este se encontraba en Egipto, solucionando unas cuestiones de estado,
cuando conoció a Cleopatra y el mundo cambió.
Dice la leyenda que la
reina tenía el acceso prohibido, por lo que solo pudo entrar a ver al
famoso general oculta en una alfombra. De esa entrevista secreta surgió
una de las parejas más famosas de la historia.
Julio Cesar como era lógico , ayudó a Cleopatra a recuperar el poder,
teniendo además un hijo con ella, al que pusieron de nombre Cesarion
(pequeño Cesar). Cleopatra alcanzó entonces la cima de su poder; visitó
Roma como invitada Imperial y causó tanta admiración como escándalo. En
sus planes estaba el iniciar con su hijo una nueva dinastía
egipcio-romana, que gobernara en Oriente y en Occidente, sin embargo el
destino quiso que todo ello se truncara con el asesinato de Julio Cesar,
ocurrido en el año 44 a.d.C.
Tiene que refugiarse así en su país, volviendo a ser la
insignificante reina que estaba a punto de perder su corona bajo el yugo
de la poderosa Roma.
No por ello se desanima, intentando obtener de nuevo apoyo entre los
romanos. Esta vez eligió al joven y prometedor general Marco Antonio, el
cual se dejó seducir por la reina, teniendo con ella varios hijos,
olvidando su origen romano, quedándose a vivir con Cleopatra en
Alejandría. Sin embargo, Marco Antonio tenía en Roma y gran rival:
Octavio. Aunque en un principio fueron amigos y co-gobernadores del
imperio, con el tiempo se fueron distanciando a causa de la enorme
influencia de Cleopatra en Marco Antonio.
La guerra era inevitable, sobre todo cuando se descubrió un plan
secreto para trasladar la capital del Imperio de Roma a Alejandría. Así,
ambos ejércitos se enfrentaron en la batalla naval de Actium, en el año
31 a.d.C.
La derrota de la flota egipcia comandada por Marco Antonio, supuso el
final de ambos. Al año siguiente, para evitar la humillación de entrar
derrotados en Roma, Marco Antonio se suicidó, siendo seguido al poco
tiempo por Cleopatra. Cuenta la leyenda que presa en sus aposentos,
consiguió que un siervo fiel le proporcionara una serpiente venenosa con
la que se causó la muerte. Al poco tiempo, el hijo de Cleopatra y Julio
Cesar: Cesarión, fue ajusticiado, y los hijos de Marco Antonio fueron
llevados a Roma.
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