martes, 13 de agosto de 2013

La asesina

Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano al nuestro, se escucha el duelo de dos almas enfurecidas, la condesa Lavanda y su maestro de esgrima. Saben que es un juego, pero aún así no pueden evitar sentir el calor de una batalla. Ella ataca a matar, pero él es el maestro, y como maestro que es lo esquiva sin problemas. Le devuelve el ataque sin pensárselo dos veces, pero ella es muy ágil y se aparta rápidamente. El maestro nota que ella ya no es una simple aprendiz, ella ya es un adversario peligroso. Se mira las manos y ve sorprendido como tiene un temblor tan grande que apenas puede sostener la empuñadura de su espada. La condesa aprovecha la distracción y le ataca. Él contempla como poco a poco le sale sangre de sus muñecas, y cuando menos se lo espera caen como piedras cuando las tiras a un charco. Dolor, un intenso y fuerte dolor lo tira al suelo. La condesa, sonriente, decide terminar de una vez con ese juego y le clava la espada por la espalda. Ella ya no es una simple aprendiz. Ella es una muy peligrosa depredadora...
escrito por mi hija Beatrice Elena, de 13 años

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